lunes, 1 de septiembre de 2014

Pumas: Temporada 88-89

Este año 2014 cumplen 60 años los Pumas de la UNAM.
En este fanático blog ya he escrito sobre como es que me hice aficionado a los Pumas después de un comienzo desafortunado e incierto en mi vida futbolisitca.
Ahora, porque yo me lo pedí, para celebrar este aniversario, haré un recuento de datos, anécdotas e imágenes de todas y cada una de las temporadas que he pasado al lado del equipo del pedregal.
¡Ahi les voy!



Mi recuerdo mas temprano de ver un torneo completo de los Pumas y ya con conciencia plena de lo
Negrete y su letal remate
de media tijera
que se trata el futbol, fue en la temporada 88-89. En esa temporada Manuel Negrete, mi ídolo desde el Mundial de 1986, metió goles de todos lados. David Patiño otro de mis grandes ídolos, no se quedaba atrás y de hecho al final del día me cuesta trabajo decidir entre Negrete y Patiño quien de los dos, era mi jugador favorito. Lo que sucede es que los dos eran muy espectaculares cada quien a su manera. Patiño era un conductor del balón impecable, era de los que sabía perfectamente que hacer con el balón cuando quedaba solo frente al portero. Era un espectáculo fabuloso verlo driblar defensas contrarios que quedaban desparramados por el campo mientras conducía el balón a una velocidad vertiginosa hacia la portería rival. Negrete por su lado, era un rematador sensacional, elástico y ágil, las metía con lo que fuera, pero no como lo hacía Enrique Borja, que metía goles de media nalga o de tres dientes, sino que Negrete con su agilidad y ligereza, contorsionaba su cuerpo de tal manera que el remate aparte de eficaz resultaba muy estético. De ahí su celebrado gol del Mundial del 86.

Negrete y Patiño, mis héroes por siempre.
Ese torneo del 88-89 fue el primero que dirigió el doctor Miguel Mejia Barón después de que Hector Sanabria dejara la dirección técnica, no sin antes haber llevado al equipo hasta la final de la 87-88 que desastrozamente perdimos 4-1 contra el odiado rival azul-crema.

El torneo de la 88-89 tuvo una liguilla por grupos y cuando llegó un partido contra Cruz Azul, Pumas se cansó de meterle goles a la maquina, sin embargo debido a las reglas de ese torneo, la diferencia de goles no fue suficiente y los cuatro goles que le empujaron al arquero Pablo Larios no sirvieron para que Pumas avanzara y fue Cruz Azul el que pasó a la siguiente ronda para disputar la final contra el mentado odiado rival, que a la postre sería lamentablemente campeón otra vez.

El equipo de Pumas de esa década era muy espectacular en todas sus lineas, con una verticalidad y dinamismo que deberían definir el estilo puma de cualquier generación. En esa temporada también me volví fan de otro jugador al cual, a pesar de su desafortunada actuación en la final anterior de la 87-88, yo siempre lo recordaré con mucha admiración, el arquero michoacano Adolfo Rios.
La única foto que conseguí de Ríos con el uniforme que usaba en Pumas.
(Si el fan de Pumas que aparece en esta foto llega a verse,
contácteme para poner su nombre y saber quien es.) 
Rios tuvo sus mejores actuaciones años después jugando en el equipo de Coapa, sin embargo ya en su etapa con Pumas era un excelente portero. De hecho recuerdo haberme lamentado que algo pasó pero en los últimos juegos ya no apareció de portero titular y entró en su lugar el portero suplente, un joven acapulqueño llamado Jorge Campos. No logro recordar, si se lesionó, pero el chiste es que para los partidos de liguilla ya no estaba Rios. Campos, que había debutado en primera división en este torneo, rápidamente dejó un grato recuerdo grabado en mi memoria pues le marcaron un penal en contra a Pumas en el juego de liguilla contra Cruz Azul y nuestro joven portero suplente hizo un atajadón que el cochino arbitro hizo que se repitiera porque se había movido de la linea antes de que el tirador tocara el balón. Esa es una de las reglas mas injustas del futbol. Se que la finalidad del penal es ser un cobro de castigo pero el portero debería poder moverse una vez que el tirador está en movimiento. En fin, ese penal lo repitieron y a mi me dio mucho coraje porque había sido una atajada de antología. Ese es el primer recuerdo que tengo de haber visto y ubicado al buen Jorge Campos, ademas sería el primero de dos penales que recuerdo con coraje en los que Campos atajaría su disparo a jugadores del Cruz Azul pero que al final por ciertas desafortunadas circunstancias no sirvieron para evitar que Cruz Azul saliera con la victoria.
Curiosamente cuando Campos ya se había hecho buena fama como portero, en la temporada siguiente la 89-90 jugó como delantero titular y fue nuestro máximo anotador con 14 goles, en uno de los episodios mas exóticos y memorables de todo nuestro balompie.

El portero-delantero de Acapulco con bigotito y
el  arquero de Cristo de Uruapan Michoacan. (circa 1987)
Al que si  ya no me tocó ver jugar con Pumas fue al letal Luis Flores, campeón de goleo la temporada anterior, porque se había ido a España a jugar al Valencia, en un ejemplo de la filosofía Puma que imperaba en ese entonces donde se sacrificaba el bien del equipo por el desarrollo profesional de los jugadores canteranos. Si Pumas hubiera sido mas egoísta, no hubiera permitido que Flores se fuera al Valencia porque Pumas con él, era una verdadera máquina de hacer goles.

El contundente Luis Flores.
Al final del torneo, con el odiado rival quedando como Bi-campeon, se podría decir que fue un torneo triste para la causa puma, pero no fue así. Pumas jugaba muy bien, Negrete anotó 11 goles después de que regresó de su aventura por Europa. Patiño se despacho 6 y un jovencito canterano que había debutado hacía un par de años, comenzaba a anotar también de forma significativa, un güerito llamado Luis García.

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Nota: Las fotos de estas entradas las he ido encontrando en la red, no se a quien pertenezcan pero quiero agradecer a quienes las tomaron y decidieron compartirlas en la red. 


  

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